Uno de los males del verano es tratar sin querer mal a la piel, ya que podemos exponernos de más ante el sol, creando quemaduras leves que pueden llegar a ser muy dolorosas. Cuando la piel se irrita es normal que siempre presente escozor así como eritemas, enrojecimiento y hasta sensación de que la zona de la piel arde.
Es totalmente normal y siempre podrás remediarlo, no exponiéndote en las horas de más calor, así como tomando el sol con descansos, poniéndote al menos 30 minutos debajo de la sombrilla, por cada 2 horas de exposición solar. Siempre es recomendable que te pongas, además protección de factor 35-40 para evitar estos desastres cutáneos.
Si has salido y no esperabas quemarte, entonces, no te angusties, ya que hay cremas para después del sol que pueden llegar a ayudarte, calmando la sensación de ardor de la piel que sientes cuando te has puesto de manera desordenada al mismo. ¿Te imaginas poder curarlo en menos de 48 horas?
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