Las mujeres que han padecido violencia de género normalmente están muy sensibles a todo lo que sucede alrededor de ellas. Además de esto presentarán bastante miedo a exponerse, pudiendo tener crisis de pánico una vez salgan a la calle o retomen sus vidas, haciendo que esto también les genere inseguridad.
Las personas temen por sus propias vidas y muchas veces ven el rostro de la persona que las maltrató, haciendo así que puedan entrar en ansiedad. La pauta para poder continuar con sus propias vidas de la mejor manera posible será intentar ayudarlas a reconfortarlas, haciendo que comprendan que el agresor no podrá volver hacia ellas para dañarlas. Hacerles saber todas las medidas que tendrán para protegerse, sobre todo legales, será otra de las maneras que harán que ellas puedan comenzar a andar solas sin dañarse ni pasarlo mal.
Los ejercicios de rehabilitación en los que les enseñes a pensar en positivo también valdrán mucho la pena, para crear en ellas más euforia y alegría, forjando ilusión por vivir.
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