Tomar el sol puede llegar a ser un completo calvario, si tu piel comienza a ponerse roja y con muchas molestias. Para ello, debes comenzar a cuidarte para que disfrutar de un bronceado no sea una condena y no tengas que pasar por sufrimiento para verte bella.
Simplemente, intenta no tomar el sol en las horas en las que el mismo está más fuerte. Como por ejemplo, entre las 14.00 y las 16.00 de la tarde. Te ahorrarás el perder hidratación y también tu piel no se sentirá tan agresiva, evitando sarpullidos y la salida de todo tipo de lunares solares.
El sol (si te has realizado la depilación justo el mismo día) puede llegar a ser muy peligrosa, ya que podría dejarte un eczema, que habrá que tratar con cremas especiales humectantes. Tampoco te eches fragancias con alcohol, tan sólo conseguirás crear una piel más estropeada y fea. ¡Hazme caso y protégete además con un buen bronceador factor 30!
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